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sábado, agosto 6

Lola y el sexo

Hace unos años Ana y yo nos fuimos de concierto a Barcelona. Aquel día hacía un día espléndido. LLegamos a la estación a pie con nuestras mochilas y al rato apareció el tren. Subimos y justo nos tocó al lado de una pandilla de cuatro amigos que también iban al concierto. Los cuatro eran gays. Más majos. Y justo detrás habían dos chicas más o menos de mi edad (por aquel entonces rozaba los treinta). Las dos chicas iban vestidas con marcas de ropa cara, además de llevar unas joyas y unos tintes que ya los quisiera yo para mí. Eran dos chicas, como diría mi abuela, de alta alcurnia. Osea, unas pijas.

El trayecto estaba siendo agradable. La temperatura del tren no era de helarse, pero llevaba chanclas y tenía los pies fríos. Decidí ponerme unas zapatillas que llevaba en mi mochila, así que me levanté, cogí mi bolsa y me fuí al baño. El baño más cercano estaba en dirección a la cafetería, en el espacio intermedio entre dos vagones. No me había dado cuenta, pero una de las chicas de atrás nuestro estaba allí de pie hablando por el que entonces era un móvil de última generación.
Nos miramos, le sonreí mientras abría la puerta del baño, pero ella siguió a su rollo con el teléfono. Una vez dentro, me senté sobre la taza y comencé a buscar las zapatillas. De repente oí "Sí cari, muy fuerte, se lo fumó mientras le comía la polla...". ¡¿Cómo?!Justo en ese instante, en el que mis ojos se salían de las cuencas y mi boca no podía cerrarse sola, sonó la voz del tren indicando la parada de Tarragona. ¡Joder, qué está interesante la cosa! Me puse rapidamente las zapatillas y me coloqué de pie pegada a la puerta del baño para poder oir mejor la conversación. Ella continuó "...¡Qué va!....No, no....Sólo dos tía... A los hombres hay que enseñarles mucho aún nena (risas)... A ver, el primer polvo no estuvo mal. Ahora, tiene un pedazo de polla que ¡ufff!... Me dejó escocida tía ¡No te rías!... (Breve silencio)... No, no... Fue en su casa. Primero follamos en la cocina. Estaba enjuagando dos copas para bebernos el vino y tal como estoy con el trapo en mano, me vino por detrás y ese fue el primero, pero claro, sólo se corrió él. Entonces le dije que me comiera toda sobre la mesa del comedor y lo senté frente a mí en la silla, me puse en la mesa sentada cara a él y me lo comió todo. Hasta ahí muy bien. Nos bebimos el vino y volvió a buscar otro polvo en el sofá. Y ahí fue cuando, el porro que se había hecho, se lo encendió mientras le comía la polla....¿Eh?...No, todo el rato no. Luego se me folló por detrás.... (Otro breve silencio)... Ah, no, no, sí me gustó porque me lo hizo muy despacito, pero me sentía rara teniendo a un tipo fumando tanquilamente con su polla en mi culo". Ya no quise oir más. Me dije, Lola, sal de aquí y vete a tu sitio ¿Y con qué cara salía yo del baño? Porque vamos, para mí que a esta tía se le había olvidado, con todo el tema de la parada en Tarragona, que yo estaba dentro. Me armé de valor, respiré hondo, abrí con intención de salir de allí sin mirarla, pero justo abrí y ella que se despedía de su amiga mirándome fijamente como con cara de ¿pero tú no habías salido antes?. Pues no bonita. Me puse roja y ella ni se inmutó.

LLegué corriendo a mi asiento. Ana escuchaba música con los pinganillos. Tiré mi mochila al suelo, la agarré por un brazo, le quité el pinganillo y le dije "tía qué fuerte lo que me acaba de pasar". Miré atrás entre los asientos, vi que la chica no venía y que la amiga llevaba puestos los pingas también. Se lo conté todo. Tampoco podía cerrar la boca, claro. Las carcajadas se nos oían en todo el vagón.

Los gays no pudieron evitar oir algo, supongo, porque dos de ellos se sentaron frente a nosotras a preguntarnos por qué nos reíamos tanto. Les conté lo ocurrido y la misma reacción: boca abierta y ojos saltones. Flipaban de ver que entre dos amigas se contaran esas intimidades. Ellos, al menos los de el tren, los pocos amigos heteros que tenían nunca les habían comentado nada ni remotamente parecido. Terminamos hablando del concierto y luego se volvieron a sentar en sus asientos.

Al rato Ana me dijo que lo ocurrido no le parecía tan tan raro ya que nosotras también nos lo contábamos todo. Que lo raro era que eso pasara donde había pasado porque indicaba que a esa chica le daba igual que la oyeran que no. Que el quid de la cuestión era basicamente que las muejres no teníamos problemas en contárnoslo todo y que una gran mayoría de los hombres no tenía ningún amigo al que hablarle de esos temas. Bajó la mirada, vi cómo le caía una lágrima por la mejilla y le pregunté qué le pasaba. No respondió en seguida. Al rato me recordó una historia suya del pasado y me comentó que por eso lo habían dejado ella y el que entonces era su pareja. Porque para él, ella estaba mucho más por delante de él en el tema del sexo. Se sentía cohibido y cuando ella le preguntaba que si tenía alguien con quien hablar, éste le decía que no. Y con ella sentía vergüenza de hablarlo.

Quizás si los hombres hablasen más de sexo con sus parejas, y sino con sus amigos, con la naturalidad con la que realmente se debería ver el sexo, muchos problemas de pareja de cama se solventarían. Así que chicos, hablad con naturalidad, que el sexo no es marrano. No. Como diría un amigo mío, ¡Mmm...Qué asco más rico!

3 comentarios:

  1. Y yo que pensaba que me han pasado cosas raras. Yo estoy en esa situación y la frío a preguntas para saciar mi curiosidad morbosa.

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  2. Je je je, muy bueno.

    Ayer comentaba precisamente con un amigo, que el problema al que nos enfrentamos, es que nosostros (estamos en un grupo de fotografía), nos juntamos para hacer fotos de desnudos, con el mero objeto de buscar la vertiente artística, y nos consideran unos cerdos, pero sin embargo, las chicas, y conocemos algunos ejemplos, dibujan desnudos femeninos, o los fotografian y son unas artistas.

    En fin, no es facíl, pero estoy contigo, en que si hablaramos con mucha más naturalidad de sexo, todo iría mucho mejor. Y se caerian muchos mitos, y el grado de placer obtenido en las relaciones aumentaria muchos enteros.

    Un abrazo

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  3. jajajaj así no te aburres en el tren... qué bueno!ª!!
    besos

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